Indocumentados desconocen las facilidades que les ofrece Toronto

OSCAR VIGIL / TORONTO / 
Más de siete meses han pasado ya desde que Toronto fue declarada Ciudad Santuario por el Concejo Municipal, lo que conlleva que para muchos de los servicios que ofrece no es necesario presentar identificación. Sin embargo, miles de indocumentados que viven en el área desconocen la existencia de estos beneficios.

Jacinta llegó a Canadá en el año 2004 huyendo de la violencia en su natal México. Solicitó refugio y luego de un largo proceso su solicitud fue rechazada, por lo que decidió perderse en el mar de almas que residen en Toronto.

Desde entonces, Jacinta trató de hacerse invisible, de ser una más de ese ejército de entre 300 y 500 mil personas que viven sin un estatus migratorio en Canadá, realizan trabajos de subsistencia en los cuales muchas veces son explotados, pagando puntualmente sus impuestos pero sin tener derecho a la mayoría de servicios sociales que se prestan en el país.

“Cuando me negaron el estatus de refugiada empezaron los problemas porque ya no pude ir a la escuela, no podía accesar a otros servicios, era difícil porque para todo me pedían documentos. Eso fue en el 2006”, cuenta Jacinta, agregando que “en ese tiempo todo se cerró sin el estatus, ese tiempo fue difícil y el trabajo fue mediante agencias porque era la única forma”.

Para solicitar trabajo le pedían la tarjeta de seguro social, y para ir al médico la Tarjeta de Salud.

“Tuve que pagar para que me viera un médico, en ese tiempo eran 50 dólares por visita, de hecho mi médico de familia me pedía una identificación y yo por miedo de que quizá me iba a denunciar ya no seguí yendo y me cambie de médico”, explica.

Esos eran otros tiempos, antes de que el 10 de Junio del año pasado el Concejo Municipal aprobara por abrumadora mayoría (37 contra 3 votos) una moción que declaró a Toronto como Ciudad Santuario

Entre los puntos aprobados por el Consejo Municipal está el permitir que la información sobre los aspectos migratorios y de ciudadanía sea colectada únicamente cuando es requerido por la ley provincial y federal.

También incluye la implementación de un programa de formación obligatoria en todos los departamentos y agencias de la ciudad, para capacitar al personal y a los voluntarios sobre el acceso a los servicios municipales para personas sin papeles.

De igual forma, abogar con la provincia y con el gobierno federal el acceso a los subsidios de cuidado de niños, asistencia social, atención de la salud y vivienda para los indocumentados.

Estas políticas se tradujeron en medidas concretas como la posibilidad de acceder a citas médicas gratis a través de una red de clínicas comunitarias, acceso al servicio de cuidado de niños y a los programas de los centros comunitarios, entre muchos otros.

Jacinta está haciendo uso de algunos de esos servicios, sin embargo, muchos otros indocumentados desconocen que estas posibilidades existen en la ciudad.

Ángela llegó a Canadá en el año 2012 también como solicitante de refugio. Su petición fue rechazada y se quedó de forma indocumentada en el país. Sin embargo, desconoce por completo que Toronto es una Ciudad Santuario y por tanto no sabe de la existencia de programas de libre acceso para personas sin estatus.

“Siempre que he ido a las clínicas me piden mis documentos, cuando presento mi documento marrón me dicen que eso no me sirve porque no es una identificación. No sabía que esto existía y creo que es una buena iniciativa, esa moción me traerá muchos beneficios ahora que ya sé que existe”, asegura.

¿Cómo haces para accesar a los servicios?, se le pregunta: “Es triste quedar en el limbo, yo me he enfermado mucho en todos estos años y ha sido muy difícil poder accesar a servicio médico,  en muchas clínicas no me han querido atender porque no tengo el documento, ha sido triste porque no tengo trabajo y lo poco que gano es para sostener a mi familia en mi país, aunque los costos de una consulta  no es tan caro pero los exámenes si son muy caros”, explica.

¿Cómo te sientes cuando le piden documentos?: “Da tristeza y a la vez me da miedo, porque siento que van a llamar a Inmigración. Yo me siento mal y tengo que regresar a la casa”.

Miguel, originario de Argentina y quien llegó a Canadá en el año 2013 también enfrenta la misma situación. “Yo nunca había escuchado nada acerca de Santuario. Yo trabajo muy duro en la construcción, porque si no trabajo no va a haber comida en la casa, mi vida es el trabajo, porque mi esposa está embarazada y necesitamos ahorrar para pagar el hospital y cualquier otra cosa que el bebé necesite”, asegura.

En este sentido, dice que “el hecho de saber que uno puede tener acceso a algunos servicios prestados por la ciudad se siente que no estamos solos. Si me enfermo o por alguna razón no puedo ir a trabajar, es bueno saber que hay servicios a los que se puede tener acceso”, sin embargo, reclama que “La ciudad debería dar esta información a la gente, a los trabajadores como yo, que no tenemos muchos conocidos, que no conocemos personas que nos pueden dar estas informaciones”.