Como David contra Goliat, Ecuador continúa su batalla contra la transnacional Chevron

IreneLeonEntrevista2015OSCAR VIGIL / TORONTO /
Irene León tiene un asiento en la oficina del Ministro de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana del Ecuador, Ricardo Patiño, ya que es su asesora en temas de pensamiento estratégico, transnacionales y otros. Autora de diversas publicaciones en ciencias sociales, coordinó el proceso de las Américas para la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Xenofobia y otras formas de intolerancia relacionadas, en la ciudad de Durban, South Africa. Recientemente estuvo en Toronto para reunirse con la comunidad latinoamericana y a la vez hablar sobre el conflicto con la trasnacional petrolera Chevron.

Definitivamente es una pelea entre David contra Goliat, pero tal y como se ven las cosas parecería que la mitológica historia nuevamente podría repetirse esta vez en América Latina, donde el David ecuatoriano goza de mucha salud, fuerza y apoyo ciudadano

PREGUNTA: ¿Cuál es la situación del conflicto entre Ecuador con la transnacional Chevron en este momento?
IERENE LEON: Chevron tiene una demanda contra la República de Ecuador en el sistema de arbitraje internacional. La ha interpuesto con distintas acusaciones contra la República del Ecuador, las cuales van desde considerarse privada de justicia, del acceso a la justicia, considerar que hubo una cantidad de trámites anteriores que la liberaban de la responsabilidad que tiene por uno de los ecocidios más grandes del mundo que cometió mientras trabajó en el país. Nos acusa también de tener una colusión institucional, es decir que la justicia esta coaligada con el Poder Ejecutivo, que las instancias no son probas, y nos acusa de que el gobierno del Presidente Correa se involucra en estos temas, etc. Son acusaciones de la empresa transnacional contra un pueblo y un gobierno que busca defender la soberanía.

P: ¿Qué base tienen estas acusaciones?
IL: La realidad es más bien distinta. Ni el pueblo ecuatoriano a priori, ni el gobierno, han hecho incursiones para perseguir a la empresa ni nada de eso, es lo contrario. La realidad es que hubo una gran contaminación ambiental en la Amazonía, hubo una explotación petrolera que no tuvo en consideración incluso los conocimientos científicos que ya existían en esa época y que la misma compañía sí aplicaba en otras partes, para proteger a los trabajadores, trabajadoras, pobladores y el medio ambiente. Ellos causaron estos daños en la Amazonía. Ya estamos hablando de más de 20 años, y un grupo de pobladores de las zonas afectadas entabló un juicio contra esta compañía que duró también muchos años y que al final ese juicio fue dirimido en instancias nacionales en beneficio de los afectados. La compañía se rehúsa también a aceptar esa resolución de la justicia nacional y esto lo trae como un argumento más para sus acusaciones contra la República del Ecuador y las instancias arbitrales.

P: ¿Qué piensa el gobierno ecuatoriano sobre esta situación?
IL: En realidad es una situación bastante sorprendente que haga esas acusaciones una compañía transnacional que usufructuó, que ganó muchísimo dinero con la explotación petrolera y que se retiró dejando daños que hasta ahora están ahí, porque cualquier persona puede ir al lugar de los hechos y va a encontrar que todavía fluye petróleo de una tierra considerada como de la más importante biodiversidad del mundo. La Amazonía es el pulmón del planeta, además de eso es una fuente de vida y de expresión de muchas culturas. Pero la compañía dice que no, que ya reparó, que todo quedó muy bien y que no tiene ninguna responsabilidad con el país y que es más bien al contrario, que el país la debe indemnizar.

P: ¿Cuál es la situación legal del caso en este momento?
IL: El caso está en la Corte de Arbitraje de La Haya, ya se han realizado varios laudos arbitrales, entre estos porque uno de los sustentos de esta compañía para acusar a la República del Ecuador es que sus transacciones económicas estaban amparadas por un tratado bilateral de inversiones, el cual sólo entró en vigencia cinco años después de que la compañía se retirara del país, y que no obstante ha servido como un argumento para que se reconozca su capacidad de entablar un laudo arbitral contra Ecuador. Hay muchas cosas de ese estilo que están sobre la mesa.
Pero este caso no es único, es decir, esta arremetida de las corporaciones transnacionales y de otras instancias financieras contra nuestros países, contra Latinoamérica y contra el Caribe son varias. Es más bien una etapa en la que se va transparentando esta forma de ejercer control, es decir que la relación de las transnacionales con nuestros pueblos no es solamente una de usufructo económico, es también una de imposición, de orientaciones, de imposición en la toma de decisiones y de buscar que la línea de los gobiernos de nuestros países sea una que elimine todas las posibilidades de soberanía y de derecho de los pueblos para ellas poder actuar libremente.

P: ¿Cuáles son las implicaciones regionales que tiene esta batalla?
Este, como es un caso emblemático que viene desde tantos años, que tiene varios componentes de defensa de la soberanía, es bastante relevante para los demás países, porque todos los países del sur tenemos relación con las corporaciones transnacionales, y todos los países de América Latina y el Caribe estamos inmersos in distintos casos de imputaciones que las compañías nos infringen.
Phillips Morris por ejemplo tiene igualmente una demanda contra Uruguay porque este país, respetando su ley nacional, obligó a que se colocara en las cajas de cigarrillos una publicidad que menciona que el cigarrillo atenta contra la salud. Esta compañía igual se considera afectada por una legislación nacional y ha entablado una demanda contra Uruguay por proteger el derecho a la salud de la ciudadanía.
De igual forma en Venezuela otra compañía transnacional que ha utilizado una zona fronteriza entre Guyana y Venezuela está buscando también generar un conflicto binacional para poder usufructuar de ese espacio. Así podemos hablar muchos casos.
Ecuador este año va a tener que resolver otra demanda arbitral que es la de la compañía Oxy, que fue demandada para salir del país luego de haber cumplido muchas irregularidades en su gestión empresarial en Ecuador, y que también ha hecho una demanda en el país.
El tema en general en América Latina es que las compañías transnacionales están poniendo por encima de todo los derechos comerciales, el derecho a registrar una acumulación económica significativa como lo han hecho siempre, por encima de la decisión de los pueblos de tener una posesión soberana sobre sus recursos, que es lo que están apostando ahora, y por encima del respeto de la naturaleza que en algunos países si la hemos tomado en serio.
En Ecuador y en Bolivia por ejemplo hemos establecido regulaciones para respetar a la madre tierra, y en el caso de Ecuador por ejemplo la constitución establece que la naturaleza tiene derechos. Entonces, por encima de todo eso las corporaciones interponen una serie de demandas en distintas instancias que defienden el derecho del capital a acumular.

P: ¿Se les pude ganar una batalla a estas transnacionales?
IL: Primero, las instancias de arbitraje han sido creadas sobre medida para proteger los intereses de las corporaciones transnacionales y actúan de algún modo más que de arbitraje de modo arbitral en muchos casos, y en ese sentido es interesante que desde los pueblos del sur se están levantando cada vez más voces desde países para cuestionar la existencia de estas instancias privadas que actúan por encina de la legislación internacional.
Entonces ese ya es un paso, porque hasta aquí había una suerte de legitimización sin réplicas de instancias como esas que son privadas o semi privadas. Es importante que en América Latina está planteando la creación de instancias de arbitraje soberanas que puedan actuar con probidad y con principios de rendición de cuentas para resolver los conflictos que siempre se generan en las relaciones comerciales, eso es parte de que puedan generarse diferencias, conflictos, pero lo que nosotros estamos planteando es que haya instancias limpias, con reglas del juego claras y con esferas de rendición de cuentas. Entonces es un avance que esté planteada la creación de una instancia de arbitraje y de negociación soberana en el seno de la Unsaur por ejemplo.

P: ¿Se puede cambiar esa correlación de fuerzas?
Creo que hay bastantes acciones y movilización. Así como las corporaciones transnacionales están moviendo todo para tener un mayor control del mundo, y como poder fáctico, que de hecho ya es uno de los más grandes actores de la gobernanza mundial, también los pueblos estamos desarrollando otro tipo de iniciativas. Y cuando me refiero a pueblos me refiero a los pueblos pueblos, pero también en el caso de América Latina y el Caribe a nuestros gobiernos que están inmersos en procesos de cambio.
Sí es posible crear una relación diferente con las empresas transnacionales, máxime si estas actúan en el mundo entero con las mismas características. No es cierto que sólo en el sur cometen lo que acabo de describir, en el norte también lo hacen.
Las corporaciones trasnacionales están en la producción alimentaria, en las extracciones de minerales, en la explotación maderera, están en todos los rubros y en todas partes del mundo, entonces no se puede construir, fortalecer, pensar en un mundo de democracia cuando hay instancia fácticas que actúan de modo unilateral y autoritario frente a los países y a los pueblos. Y es más, se ponen a un nivel de igualdad como sucede en los arbitrajes entre corporación y país, y las corporaciones rinden cuentas únicamente a sus inversionistas, mientras que los países, sea el país que sea, por frágil democracia que tenga, se debe a sus pueblos y tiene que rendir cuentas a sus pueblos.

P: Con este panorama, ¿ves perspectivas de que Ecuador pueda ganar esta batalla?
IL: Nosotros le apuntamos a eso, como pueblo y como gobierno. El gobierno no está inmerso en el caso legal porque en Ecuador hay independencia de poderes y solamente las instancias apropiadas se encargan de la defensa del estado, pero el pueblo y otras instancias sí hemos tomado en serio la defensa de la soberanía.
Entre los primeros textos de la Constitución de la República, en la definición de qué tiene que hacerse en ese país, está mencionado que el gobierno tiene la obligación de defender al pueblo y defender la soberanía del país, entonces hay un discurso de soberanía, hay una propuesta de soberanía que está sobre la mesa y que es para nosotros felizmente con el acompañamiento de una solidaridad internacional enorme que estamos defendiendo este derecho de nuestro pueblo a decidir sobre sus recursos, a continuar formulando esta nueva visión de derechos de la naturaleza y a tener una soberanía latinoamericana sobre nuestras proyecciones con soberanía energética, entre otros, que es un tema relacionado con ese aspecto.