Tristeza en la comunidad académica por el fallecimiento del Profesor Pastor Valle-Garay

Analista político profundo y escritor prolífico, fue profesor de español en la Universidad de York, además de defensor de los derechos humanos

POR OSCAR VIGIL / TORONTO /

La semana pasada falleció una de las figuras históricas latino-canadienses más conocidas y respetadas en los ámbitos políticos de la década de 1980, y además apreciado profesor de York University: Pastor Valle-Garay, de origen nicaragüense y mentor de varias generaciones en el país.

Pastor Valle-Garay fue durante varias décadas profesor de la Universidad de York, ya jubilado, pero sobre todo fue un incansable luchador por la justicia social y los derechos humanos tanto en su natal Nicaragua como en América Latina y también aquí en Canadá.

Fue Embajador de Nicaragua en Canadá luego del triunfo de la revolución sandinista en 1979, pero en las últimas décadas se había destacado por ser un férreo opositor del gobierno del presidente Daniel Ortega, a quien reprochaba el haber traicionado los principios revolucionarios con que el grupo guerrillero de izquierda conquisto el poder el 19 de julio de 1979.

Pastor Valle-Gary fue una mente brillante y un escritor sumamente habilidoso, asesor de medios y colaborador de varios periódicos y revistas en Canadá, en Estados Unidos y en varios países latinoamericanos. Incisivo, sarcástico e irreverente, daba gusto leer sus columnas sobre política pero también sobre temas artísticos y culturales.

Hace aproximadamente 10 años se había convertido prácticamente en embajador del arte cubano en Toronto, y particularmente de la compañía de ballet nacional a cargo de la famosa prima ballerina Alicia Alonso, con quien compartía muchas afinidades.

Yo lo conocí prácticamente desde que llegué a Canadá hace ya más de 20 años dado que Pastor era uno de los referentes periodísticos en este país. Y en su casa compartimos largas y profundas conversaciones, algunas de ellas al calor de más de algún ron con su amigo y compañero entrañable, el cantautor nicaragüense Luis Enrique Mejia Godoy, así como también con el famoso trovador cubano Carlos Varela.

Nacido en 1936, llegó desde muy joven a estudiar periodismo a San Francisco, Estados Unidos, donde contrajo matrimonio y luego se asentó en Canadá junto a su esposa y su hija. En la década de 1960 comenzó a trabajar en programas federales en la enseñanza de inglés para los nuevos canadienses, así como también asesorando a los recién llegados sobre la cultura canadiense, puestos de trabajo y vivienda en Toronto, y abogando por los derechos de los refugiados, de los indocumentados y de los inmigrantes en general.

En la década de 1980, luego del triunfo de la revolución sandinista, se convirtió en Embajador de Nicaragua en Canadá, un momento en el cual el nuevo gobierno revolucionario encabezado por el comandante Daniel Ortega era visto con mucha esperanza y optimismo tanto en Nicaragua como en el resto del mundo.

Fue un analista político sagaz y escritor prolífico, que también hacia apariciones regulares en la televisión canadiense y estadounidense.  Enseñó español y cultura en la Universidad de York durante 46 años, y también enseñó español para negocios en el programa International Master of Business Administration (IMBA) en la Schulich School of Business durante 23 años, hasta su jubilación.

Durante la última década su salud había sufrido un severo deterioro que lo había llevado cinco veces al quirófano, una de ellas para una operación de corazón abierto. Sin embargo su mente lúcida y ánimo inquebrantable lo mantuvieron activo hasta sus últimos días, cuando falleció debido a una larga enfermedad.

Durante su extensa trayectoria profesional recibió infinidad de premios y reconocimientos, uno de ellos fue el Premio Pioneros en 2014 en Queen’s Park, cuando ya su salud estaba en deterioro. En sus palabras de agradecimiento dijo que recibía con humildad ese “inmerecido” reconocimiento.

“Es un reconocimiento muy importante para mí porque llega en la culminación de una vida en la enseñanza, después de 46 años de enseñar en la Universidad de York es muy grato recibirlo, especialmente porque viene de la comunidad”, expresó, antes de agregar que le enorgullecía mucho también la presencia de tantos amigos, colegas y exalumnos en la actividad, y especialmente que lo estuvieran acompañando sus cuatro hijos: Alejandro, Claudio, Jean Franco y Antonio.

Luego de la emoción del momento, de los saludos, los apretones de mano y de las sesiones de fotografía, Valle-Garay me dijo que fue muy hermoso ver a tanta gente de diferentes países y diferentes profesiones durante la premiación. “Mi mayor anhelo es que la comunidad se una tanto en lo político como en lo cultural, en lugar de aislarnos en grupos de determinados países, etc. Que tengamos esa unidad que se necesita para mejorar nuestra comunidad”, acotó.

Debido a la pandemia y a los menesteres de la vida teníamos ya varios años de no vernos, lo cual tristemente uno lamenta hasta que estas situaciones de la vida suceden. Definitivamente voy a extrañar esas largas y amenas reflexiones y debates bajo la sombra de la ramada de uvas en su casa, con una copa de vino en la mano y el deseo de hacer más y mejor periodismo en Canadá.

Le sobreviven sus hijas Jacqueline y Michelle con sus nietos Breanna, Ryan, Kali Kaitlyn y Nicole, y sus hijos Alejandro, Gianfranco, Claudio y Antonio.

Descansa en paz Pastor Valle-Garay.