Realizan evento de recaudación de fondos con Mario Kempes como invitado especial

MATADOR. El astro del fútbol argentino de la década de los 70 dijo que el éxito en el Mundial del 78 es que hablaban de futbol las 24 horas del día

POR OSCAR VIGIL / TORONTO /

Varios cientos de personas participaron el fin de semana en un evento solidario realizado por la organización sin fines de lucro Gaucha Argentina Love for Humanity, cuyo objetivo fue ayudar a construir pozos de agua potable en pequeñas comunidades rurales del país suramericano.

Probablemente muchos asistieron motivados también por conocer al prolífico goleador argentino Mario Kempes, quien visitó Toronto específicamente para apoyar dicha causa humanitaria. Y lo logró, porque la participación de la comunidad fue abrumadora.

Mario Alberto Kempes Chiodi, más conocido como “El Matador”, es un exfutbolista profesional argentino que jugó como delantero o mediocampista ofensivo. Un goleador prolífico que terminó como máximo goleador de La Liga en dos ocasiones con el Valencia, donde acumuló 116 goles en 184 partidos ligueros.

Antes de Maradona y de Messi, Mario Kempes fue el principal héroe de la Copa Mundial de Argentina. A nivel mundial es reconocido como el motivo de la victoria de Argentina en el Mundial de 1978, donde marcó dos goles en el partido final, lo que le valió la Bota de Oro como máximo goleador de ese año.

Esto fue lo que nos dijo en conversación exclusiva:

PREGUNTA: ¿Mario, cuál es el objetivo de tu visita a Toronto?

MARIO KEMPES: Bueno, llamaron a mi mujer, que se han puesto en contacto con ella la gente de la Gaucha Argentina para tratar de ayudar en lo que se pueda a esta ONG, con ese trabajo tan importante que ellos están haciendo y que de alguna manera pueda colaborar en lo que pueda. Mi presencia es principalmente eso, que de todas las cosas que me han contado que están haciendo y lo que van a hacer es aportar un poquito, un granito de arena.

P: ¿Y cómo ves que después de 40 años digamos…

MK: Un poco más!

P: Tu nombre sigue levantando expectativas en todos lados, incluso en Canadá, que no es el típico país futbolero

MK: Yo creo que he tenido una carrera muy sana. Muy linda. He ganado cosas tanto en lo colectivo como en lo individual, y no sé si tirarme flores o no, pero siempre he tenido los pies sobre la tierra. No me no me he creído todo lo que he ganado pero sí que lo tengo bien guardado. Es un recuerdo que no me va a abandonar nunca, pero que lo más importante es saber quién sos, de dónde venís. Y un campeonato del mundo no te va a facilitar comerte al mundo, vas a seguir siendo el mismo jugador, cosa que hay algunos que ni siquiera haciendo cambios del mundo se lo creen y ya se creen que se van a comer al mundo. Y por más que ganen un campeonato con su club. Por eso yo creo que mi perfil, como siempre lo he manejado desde que era chiquito, desde que jugaba en mi pueblo hasta el día de hoy, que ya lo he dejado, lo jugaba totalmente. Sigo siendo el mismo, soy feliz con lo que hice y sigo siendo feliz.

P: ¿Y cómo era la profesión en 1970, cuando no había Internet ni esas cosas, cuando lo comparas con cómo es ahora?

MK: Se hablaba de fútbol, nos juntábamos y hablábamos de fútbol en una ronda de tomar mate o en una comida, o lo que sea, pero se hablaba de fútbol. No había maquinitas, no había televisión, no había nada! Y bueno, eso es lo que quizá nos llevó a nosotros en el 78, a ese lindo grupo, y que bueno viviéramos las 24 horas del día hablando de fútbol.

P: ¿Cómo comenzaste a jugar?

MK: Como todo chico de pueblo, pelota que andaba suelta pelota que agarrábamos, y si no había pelota, hacíamos una de papel o agarrábamos una maderita en el colegio y jugábamos. Es decir, en muchos países muchos jugadores de fútbol han crecido así, jugando en los barrios, en los en los baby fútbol, en los intercolegiales. Y después, bueno, cada uno elegía. Algunos se ponían a estudiar, otros nos dedicamos al futbol. Yo tuve la suerte de no tener lesiones, de que jugué dos partidos en cuarta división en el club Talleres, de Bell Ville (Córdova, Argentina), después pasé al equipo Bell Ville, que era un poco más grande, según se dice, pero que para mí eran todos grandes. Usar la camiseta de fútbol y jugar en una cancha que eran todos grandes. El primer año lo pasé en el banco, tenía yo 15 años, 16 como mucho, y el segundo año fue mi mamá y le dijo al técnico “lo pones a jugar o se acabó”. Y bueno, me empezó a poner y me fue bien las cosas, jugaba medio campista, me pusieron un poquito más a la izquierda, un poquito más adelantado, empecé a hacer goles y a raíz de eso, bueno, la historia continúa ahí cuando viene el presidente del instituto una vez a Bell Ville donde vivía y donde trabajaba mi papá, que era muy amigo del jefe, así que en esa charla que había, preguntó qué tenía para llevarse, dijo, bueno, tengo uno, y ese uno era yo. Me fui y me probé en un cuadrangular, y después ahí empezó la historia.

P: ¿Y la experiencia con la selección del 78, cómo fue?

MK: La experiencia fueron tres, una de novato en el mundial del 74, que realmente éramos del interior, estaban todos los que jugaban en el River, en el Boca, en los equipos grandes. Y después la del 78, que fue una experiencia como iniciarte en el tema campeón del mundo, del campeón del mundo. En el 78 fue diferente, yo ya tenía, que no quería decir nada, dos años en España, pero bueno, cuando llego a donde estaba la concentración, me recibieron los muchachos como si no me hubiera ido nunca. Tuve mucha suerte porque me encontré con un grupo de compañeros y amigos muy lindo, muy lindo, muy sano principalmente. Y de ahí en más yo creo que cuando uno hace las cosas bien en lo particular, y cuando el grupo está fuerte y te apoya en todo, yo creo que a lo mejor no salís campeón, pero ayuda mucho a seguir adelante. Y en el 82 creo que teníamos mejores jugadores, pero no consiguió Menotti armar ese equipo que se necesitaba… y hubo otras cositas ahí que a lo mejor ayudaron a que no fuera lo mismo. No se hablaba de futbol las 24 horas que estábamos ahí en Alicante, en España, en el Mediterráneo, los barcitos abajo, no se hablaba de fútbol, se hablaba pero no tanto como pasó en el 78.

P: Todo mundo coincide en que Argentina ha tenido por lo menos tres grandes figuras: Kempes, Maradona y Messi. ¿Cómo fue tu relación con Maradona y cómo es con Messi? ¿Han tenido esa oportunidad de juntarse?

MK: Bueno, con Diego, una comida en su casa y una comida en la mía. Yo vivía en Buenos Aires, y después, de compañeros, pero nunca fuimos amigos de salir y eso. Nunca fuimos amigos. Lo respeto mucho. Y con Messi, una vez lo vi junto con Estoico, cuando él estaba lesionado en Barcelona, ahí lo conocí por primera vez. Y después, cuando hacíamos la Champions, lo felicité porque habían ganado unos partidos. Pero no, tampoco hay acercamiento.

P: Ahora ya te quitaste los tacos, pero el fútbol no te lo has quitado de tu vida. Contanos ¿qué estás haciendo?

MK: ¡Imposible! Eso es como cuando empezas a andar en bicicleta, no podés dejarla. Y mira, lo que pasa es que yo tuve bastante suerte, porque me retiré a la edad que yo quise, es la verdad. Y eso me permitió seguir disfrutando hasta el final, y después también lo que me ayudó mucho es que gente de Valencia, gente de la televisión valenciana, me dijeron si quería trabajar para ellos, y empecé mis primeros pinitos con ellos. Estuvimos en la radio, después en la televisión, y me fui acostumbrando. Y el estar cerca pero lejos de la cancha, también te da gusto, seguir viendo futbol, mamando futbol y opinar sobre como lo ves vos.

P: ¿Cómo ves el fútbol ya con todos los cambios que ha habido, con internet, etc.?

MK: Es lo mismo. ¿El cambio? No hay cambio en el en el fútbol en general, no hay cambio, lo que pasa es que hay técnicas nuevas que ayudan un poco más al árbitro, pero que a veces se hace muy tediosa, muy lenta que no deja que el fútbol fluya. Pero bueno, yo creo que a medida que vaya pasando el tiempo se van a mejorar muchas cosas y ojalá que sea pronto.

P: ¿Qué mensaje le darías a la comunidad latinoamericana que vive aquí en Canadá, que no necesariamente son argentinos pero que han sido seguidores tuyos toda la vida, que viene de todo el continente y que viven en un país donde el fútbol apenas comienza?

MK: Sí, sí, está floreciendo ¿Qué se le puede decir? Primero: Gracias, gracias por el seguimiento. Cada vez que vos te pones la camiseta de Argentina tratas de hacer lo mejor, de llevarla con mucho orgullo, de tratar de no mancharla y de que bueno, las cosas se hagan lo mejor posible. A veces salen bien, a veces no salen tan bien, pero de cualquier manera yo creo que siempre vamos a tener respaldo. Aunque no lo veamos se siente, porque después se puede disfrutar cuando vos llegas a ganar algo, pones la tele al día siguiente y sale en todas partes del mundo. Y bueno, y sabes que están ahí apoyándote. Gracias, y lo mejor, como se dice, salud y trabajo.