Al final de la presentación se realizó una conversación entre la cineasta y tres invitados de origen latino para analizar el film
POR OSCAR VIGIL / TORONTO /
¿Qué o cómo es una película canadiense?, fue una de las preguntas que flotó en el ambiente durante la exhibición de la película “So much tenderness”, de la cineasta canadiense de origen colombiano Lina Rodríguez. Y la respuesta siempre estuvo ahí, justo en la pantalla: es una película que refleja la vida y la realidad de Canadá, un país de inmigrantes.
Lina Rodríguez presentó su más reciente producción cinematográfica la semana pasada en los cines de Toronto y de varias ciudades de Canadá, y una de las presentaciones tuvo un significado especial dado que la dedicó a la comunidad latina, que fue la fuente de inspiración de su nuevo film.
“So Much Tenderness”, que puede ser traducida al español como “Tanta ternura”, es el cuarto largometraje de la realizadora colombiana/canadiense Lina Rodríguez, y la película se centra en Aurora (Noëlle Schönwald), una abogada ambientalista quien es forzada a abandonar su tierra natal tras el asesinato de Adrián, su esposo (Juan Pablo Cruz). Con ayuda de una pareja joven (Deragh Campbell y Kazik Radwanski), Aurora cruza de manera ilegal la frontera de Estados Unidos a Canadá en el baúl de un automóvil, y se ve obligada a reiniciar su vida desde cero como refugiada.
Seis años después, Aurora lleva una vida aparentemente normal en Toronto con su tempestuosa hija Lucía (Natalia Aranguren), hasta que la reaparición de su primo Edgar (Francisco Zaldua), quien se había esfumado tras ser considerado sospechoso en el asesinato de su esposo, pone en riesgo todo lo que ella ha logrado construir.
La exhibición especial se llevó a cabo en uno de los teatros de TIFF Bell Lightbox, en Toronto, y en la misma participó la Coordinadora del Toronto Latin American Film Festival (LATAFF), la cineasta de origen salvadoreña Leslie Ortiz, así como también la actriz principal Natalia Aranguren y Daniel Bernhard, CEO del Institute of Canadian Citizenship.
“Esta película proviene de estos sentimientos de ansiedad que experimenté todos los días. Tuve el privilegio de salir de Colombia porque quería, pero no todos tienen ese privilegio. Pero cuando estaba investigando para esta película, hablé con muchos compatriotas colombianos que han venido aquí en diferentes circunstancias, y una de las cosas que teníamos en común era este tipo de sentimiento de ansiedad”, dijo Rodríguez a la audiencia momentos antes de la exhibición.
A renglón seguido agregó que “esta idea de cómo nos asentamos y qué significa instalarse en un país, tiene una relación complicada con eso. ¿Cómo podemos pensar en lo que es Canadá? ¿Qué tipo de Canadá estamos trayendo y armando y qué es, qué suena ser canadiense? ¿Qué aspecto tiene ser canadiense? Así que esta película es porque es parte de mi vida. Esta es una reunión común que no es única en un país con tantos inmigrantes”, apuntó.
El teatro estuvo dividido prácticamente a partes iguales entre la audiencia de origen canadiense y la de origen hispano, siendo notoria la participación al final de la exhibición de quienes hablaban español tanto haciendo preguntas como contando también las propias experiencias que ellos vivieron cuando llegaron a este país.
Leslie Ortiz, Coordinadora de LATAFF, dijo por su parte que la nostalgia es bastante común en las personas que migran, “es un sentimiento que nos acompaña casi todo el tiempo y creo que se muestra bastante bien en la película porque no es literal, pero es muy poderoso, porque es la historia, y el punto de vista de la cineasta es muy refrescante porque es un equipo latinoamericano y, por lo general, la industria del cine y la televisión estereotipan a la comunidad latina, y para mí, esta película es realmente refrescante porque no solo se trata de la inmigración, se trata de los personajes y sus deseos y el comienzo de uno nuevo. Para mí es muy poderoso y creo que la representación es importante”, acotó.
La conversación entre la directora Lina Rodriguez y sus tres invitados, y con el público, duró casi una hora, y durante todo este tiempo lo que se transpiró fue la importancia de hacer cine con enfoque latinoamericano en Canadá, el cual refleje el abanico de situaciones, buenas, malas y de todo tipo, que se viven cuando se es inmigrante.
Natalia Aranguren, quien representó el papel de la hija, Lucia, dijo que tenía mucho miedo de verse en la pantalla, “pero me siento muy feliz de ver representaciones en la pantalla de personas latinas, y verme a mí misma en una película, porque siento que Lucía y yo, Natalia, tenemos una relación muy estrecha en la forma en que ambas nos integramos y en cómo ambas estamos tratando de establecernos en un lugar como Canadá y tratando de resolver nuestras vidas aquí, como es el no estar en Colombia, pero al mismo tiempo no estar en Canadá, de no pertenecer a ningún lado… Entonces fue para mí mostrarle a la audiencia cómo es mi vida y cómo es la vida de una inmigrante”.
Natalia, quien es de origen colombiano y desde hace ya varios años está enfocada en avanzar su carrera como actriz aquí en Canadá, explicó que en un principio estaba buscando la forma de trabajar su acento a fin de que no sonara al de una inmigrante, hasta que Lina le dijo que no, que precisamente lo que ella quería es que su personaje fuera autentico, con acento y todo, y que hablara ese spanglish que es que se habla entre las familias de origen latinoamericano en este país.