HORACIO TEJERA / TORONTO /
Con sala llena, asombro ante el extraordinario interés despertado por la convocatoria, y sobre todo sin que nadie confundiera los sobres en los que estaban los nombres de los films premiados, se desarrolló el viernes 10 de marzo la primera y exitosísima versión latina de los Oscars en la Universidad de Toronto.
De acuerdo a lo que han dado a conocer fuentes no siempre dignas de crédito, cuando desde el Departamento de Español y Portugués de la Universidad comenzó a filtrarse el rumor de que se estaba preparando la alfombra roja y que se habían encargado ya las famosas estatuillas doradas, no pocas personas, dentro y fuera del Victoria College, se negaron a dar crédito a lo que escuchaban.
Es que la iniciativa, que había sido ideada y promovida por el Profesor Juan Carlos Rocha Osornio, se había desarrollado en el más absoluto secreto y aunque implicó la movilización de varias decenas de estudiantes, muy pocos llegaron a percatarse de lo que se tramaba hasta que lo inesperado y lo que en lo previo hubiera sido considerado imposible, salió a la luz.
Al inicio del año académico 2016-2017, los y las jóvenes estudiantes del 1er curso de español en la UofT habían sido invitados a organizarse en equipos creativos y de producción, para guionar, actuar y filmar videos cortos con una única premisa: expresarse en el idioma en cuyo aprendizaje se estaban iniciando.
El desafío, como explica el Prof. Osornio, “representaba una oportunidad para ir más allá de lo que se puede enseñar durante las horas de clase o a través de las actividades curriculares habituales” e incluía la posibilidad de integrar en el proceso educativo el cúmulo de información que reciben los y las estudiantes a través de múltiples canales informales.
Así, la sed de conjugar diversión con experimentación y aprendizaje que suele ser una característica distintiva de las personas jóvenes, dio los frutos esperados.
Se presentaron 35 films en cuya realización intervinieron cerca de 200 personas, fueron preseleccionados 16, y 5 de ellos recibieron “premios del público” en los rubros Humor, Efectos Especiales y Mejor Actuación.
Finalmente, un jurado especial conformado por siete profesores y profesoras del Departamento de Español y Portugués al que se sumó un integrante de Latin@s en Toronto en representación de la comunidad hispanohablante, tuvo a su cargo la difícil tarea de determinar los tres primeros premios de esta primera edición de los Spanish Oscars.
Casi sin excepción los y las integrantes del jurado se consustanciaron con sus roles al punto de que hasta la elección de su vestuario contribuyó decisivamente al glamour de la jornada, aunque, como anticipábamos, no hubo confusión de sobres durante el proceso de premiación, lo que en cierto modo provocó en el público la sensación de que los organizadores habían olvidado un detalle que a partir de 2017 deberá formar parte de toda ceremonia que se precie.
De todas formas no faltaron momentos de expectación casi dramáticos cuando, para solucionar un inesperado empate a la hora de determinar el primer premio, el jurado debió incorporar un miembro adicional.
Fue de ese modo que Amor Prohibido, una sátira inspirada en los entuertos amorosos propios de esas telenovelas que siguen fielmente hasta sus propios detractores, protagonizada por Annick Beauchesne, Clea Vas, Diana Zheng, Eric Brine, Jason Wei y Will Nguyen, resultó elegida Mejor Film y recibió una merecida ovación mientras sus responsables no terminaban de creer que no apareciera alguien de entre bambalinas anunciando que los ganadores eran otros.
Y si bien el clima desencartonado y festivo vivido el viernes 10 en el salón de actos del Northrop Frye Hall de la UofT durante la celebración de los “Spanish Oscars” hizo inevitable que esta nota se tiñera de tonalidades humorísticas, es necesario que sobre el final destaquemos lo esencial.
Lo interesante de una experiencia pedagógica que se atreve a salir de los carriles habituales, incluyendo experimentación, creatividad y vida en los procesos de aprendizaje.
Un tipo de aproximación al fenómeno educativo que incorpora, como materiales de construcción, la multiculturalidad, el trabajo grupal, la discusión y el diálogo, la utilización de las nuevas tecnologías y -esto no es menor- el riesgo de exponer lo realizado a las miradas y la evaluación de los demás.
Para decirlo en pocas palabras: Toda una fiesta de la cual aprender.
PIE DE FOTO
Profesor Juan Rocha, organizador del evento. Foto cortesía de Carlos Castaño, de Evoque Photography