Cuando la palabra solidaridad se materializa en acciones concretas en Canadá

SolidaridadRamon1OSCAR VIGIL / TORONTO /
A la 1:00 de la tarde el lugar ya estaba preparado: Mauricio se había encargado de que la zona de estacionamiento estuviera señalizada, el área para acampar lista, y el espacio en el que se desarrollaría el evento cultural muy bien definido. A esa hora, se estaban acomodando ya las mesas en las que estaría la comida, la bebida y los regalos para la rifa. Al fondo, Oscar, el hijo mayor del poeta, había encendido ya la barbacoa artesanal y desde muy lejos de percibía el olor a la grasa consumida por el fuego.

A las 2:00 pm prácticamente ya todo estaba listo para comenzar el Día de Campo y Noche Cultural en solidaridad con el escritor de origen salvadoreño Ramón Portillo, mejor conocido en el ambiente literario como Ernesto Jobal Arrozales.

SolidaridadRamon3Bajo el nombre “Un canto a la vida”, un grupo de amigos de Ernesto Jobal Arrozales organizó este evento de apoyo con dos objetivos muy claros: mostrarle el cariño que le tienen, y recaudar fondos que le sirvan para enfrentar la grave enfermedad que padece. Y al calor de los hechos, todo indica que ambos objetivos fueron cumplidos a plenitud.

Los invitados comenzaron a llegar uno a uno y en grupo, y a eso de las 3:00 pm la zona de estacionamiento estaba llena y la comida y la bebida empezaba a fluir. Elda, Ana, Maria y Carolina tuvieron mucho trabajo frente a las bandejas con arroz, pollo, ensaladas, hamburguesas, hot docs, quesadilla, etc., etc., etc., mientras Ricardo se mantenía firme al lado de la caja registradora.SolidaridadRamon6

Al frente, Julio daba los últimos retoques al sistema de sonido, mientras que Salvador y Reynaldo resolvían los últimos ajustes del evento. Todos ellos, hombres y mujeres de buen corazón, pusieron su granito de arena para ayudar al poeta, a su amigo, precisamente bajo un nombre sacado de lo que realmente son: “Los Amigos de Ernesto Jobal Arrozales”.

SolidaridadRamon5Ramón Portillo es un poeta, cuentista, novelista y testimoneador que se incorporó al Partido Comunista Salvadoreño en 1972 bajo el seudónimo de Ernesto, y que en la década de 1980 tomó las armas para enfrentar las entonces dictaduras militares que dominaban el país centroamericano.

Fue capturado en el año 1985, y una vez liberado emigró a Canadá con su esposa Maria y sus cuatro hijos: Oscar, Ernesto, Fabricio y Tania.SolidaridadRamon12

Asentado en este su nuevo país, y específicamente en la ciudad de Kicthener, abrió una escuela de manejo para luego comprar una granja y dedicarse a la agricultura, tal y como por décadas lo habían hecho sus abuelos y sus padres en el cantón Jobal Arrozales, en la zona oriental de El Salvador.

SolidaridadRamon11Pero aparte de sus ocupaciones revolucionarias y de sus trabajos profesionales, Ramón dedicó mucho tiempo a la literatura, produciendo en el camino cerca de una decena de trabajos publicados y otros más inéditos, en una fructífera vida literaria que llegó hasta que a principios de este año le fue diagnosticado un cáncer en etapa avanzada.

Nadie podía creer la noticia, y sus amigos, que siempre lo han conocido como un guerrero, como un luchador, se pusieron a su lado en esta batalla contra el cáncer y organizaron este canto por la vida.

SolidaridadRamon8A las 4:00 pm, guitarristas, poetas, pianistas, cuentistas, artistas gráficos, estaban desfilando en el podio, bajo la sombra de los manzanos, mientras el escritor aún se encontraba en el hospital tratando de convencer a los médicos de que lo dejaran ir a su casa para compartir con su familia y amigos.

SolidaridadRamon9Ramón ganó esa batalla, y a las 6:00 de la tarde en punto, en un día pleno, soleado, con el termómetro marcando 30 grados, llegó a ese mágico lugar donde se respiraba solidaridad y calor humano, donde cerca de un centenar de personas se habían reunido para departir con él, para mostrarle su afecto y para colaborar en lo posible materialmente.

El primero en hablar fue Francisco Rico, abogado salvadoreño especializado en temas de refugio, escritor igual que SolidaridadRamon4Ramón, quien contó una diversidad de anécdotas vividas con su amigo. El siguiente orador fue el Cónsul General de El Salvador en Toronto, Oscar Toledo, quien viajó hasta la casa del poeta para darle un reconocimiento por el aporte que este ha brindado a las letras salvadoreñas en suelo canadiense. Toledo recordó que había conocido a Ramón asistiendo precisamente en un evento de solidaridad, lo que denotaba el espíritu solidario del homenajeado.

SolidaridadRamon10Habló también Maria, la esposa de Ramón. Dio las gracias a todos los amigos que estaban ese día ahí para acompañar al poeta, agricultor y guerrillero. Ricardo Ramos tocó con maestría la guitarra haciendo cantar a los presentes, para luego ceder el micrófono al homenajeado.

SolidaridadRamon13Visiblemente cansado por la enfermedad, pero palpablemente feliz de estar con sus amigos, Jobal Arrozales habló sobre la dureza de la prueba por la que atraviesa y contó lo complicado que fue para él aceptar la realidad que está viviendo. Sin embargo, renovó su convicción de lucha, una lucha apoyada por toda una comunidad.

SolidaridadRamon7Fue una tarde donde afloraron los sentimientos más sublimes, donde la palabra solidaridad adoptó formas concretas, y donde la amistad irradió el ambiente. A las 8:00 de la noche el sol aun brillaba en el firmamento y la música todavía invadía la finca, mientras Ramón departía calladamente con su familia y amigos. Como telón de fondo se veía claramente el campo sembrado con frijol y maíz salvadoreño, la galera donde su familia cría gallinas indias y produce huevos de amor, y por supuesto también, el taller donde guarda su tesoro más valioso: las maquinas que le han permitido imprimir sus pensamientos, sus historias, sus sueños.

SolidaridadRamon2