Crónica de una periodista canadiense en “La Mañanera” de AMLO, el presidente de México

¿Qué sucede tras bambalinas en estas conferencias de prensa presidenciales diarias que son vistas por millones de personas?

POR ANDRÓMEDA DÍAZ DE LEÓN / MEXICO /

Después de cubrir las elecciones de México el día 2 de Junio, el siguiente paso era ir a “La Mañanera” con el Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), con los temas “El sueño Mexicano” y “México vs Canadá”. La fecha llegó el 11 de junio, no dormí. A las 5:00 am llegué al Zócalo de la ciudad de México rumbo al Palacio Nacional, para entrar a La Mañanera. La cita era a las 6:00 am.

Llegué al lugar las 5:35 am y ya era la cuarta persona en la fila. Rápidamente más compañeros llegaron, la fila creció, estábamos rodeados por la Guardia Nacional encargados de proteger la Nación, se ven por todos lados en la ciudad y el país.

A las 6:00 am se activa la entrada. Identificaciones, gafetes, los nervios, la fila avanza, llego con las personas encargadas de las acreditaciones de Medios de Comunicación, “Andrómeda Díaz, periodista de Revista Debate de Canadá”, dije yo, checan la lista, el corazón se me sale, se hablan entre ellos y dicen: Revista Debate, sí, pásale…. y ya estaba dentro del Palacio Nacional, lista para entrar al Salón Guillermo Prieto donde se llevan a cabo Las Mañaneras que son vistas por más de 10 millones de personas al día. AMLO está entre los streamers más vistos de Hispanoamérica

Me explican que como vengo de Canadá no necesito el papelito para la rifa que hacen todos los días con los periodistas de diferentes medios de comunicación. “El Presidente de la Nación va a tener un papel que dice que un medio de Canadá está presente y el decide si te da la palabra, todo depende de él”, así que no entré a la rifa, pero sí vi cómo los compañeros se emocionaban y llegaban corriendo para participar en la tómbola que se hace frente a todos. Vi los nervios esperando ganar la oportunidad de hablar con el Presidente, de ahí salen los nombres elegidos que irán en la primera y segunda fila.

Entré al salón, el sueño hecho realidad, y me sientan en la segunda fila junto al pasillo que da directo al podio de AMLO (mi segundo héroe después de mi padre). Comienza La Mañanera, sale AMLO a las 7:00 am, como un soldado (3 horas de pie todos los días, nunca se sienta) listo para informar cómo está el país después de su reunión con el gabinete de seguridad, seguramente a las 6:00 am, quizá antes, no lo se. Pero para cuando entra a las mañaneras, él ya sabe cómo está el país, así que tiene el control mediático y define la agenda pública, aunque para la oposición tiene por objetivo monopolizar la agenda.

“Buenos días, ánimo” nos dice el presidente (todos los días, así saluda), y anuncia que hay pendiente un compañero y que nos visitan desde Canadá. Inmediatamente levanté mi mano y dije “sí señor Presidente, de Canadá”.

“Pero primero vamos con el compañero que está pendiente de ayer” dijo AMLO, y pasó el compañero. Y ahí empezó una batalla campal, todos alzan las manos tratando de tener la atención del presidente, yo también alzaba la mía, le da la palabra a otra periodista y a otra, y finalmente no logré participar. Estaba decepcionada, llevaba días en la ciudad esperando participar. Me decían los compañeros periodistas “grita fuerte que vienes de Canadá!”, mientras el presidente se despedía y, con ello, mi esperanza de hablar con él.

Ya tenía mi vuelo para el siguiente día, 11 de Junio, pero los compañeros me apoyaron inmediatamente y me aconsejaron pedir permiso para asistir el siguiente día. Pensé, “mañana tengo mi vuelo. No importa!”. Fui con Danahe, encargada de las autorizaciones de medios, ¡y me dio una oportunidad más! La esperanza renació y me enfoqué en el siguiente día.

A las 4:00 am ya estaba despierta, ni dormí. A las 4:30 am lista para ir por segunda vez a “La Mañanera”. Me había hospedado en un hotel junto a la Catedral, mejor aún, junto al Templo Mayor, en lo que antes fue la Gran Tenochtitlán, el Zócalo de la ciudad de México.

Esta vez me apuré y fui la primera en la fila a las 5:15 am. A las 6:20 am ya estaba dentro del Palacio Nacional, y mi sorpresa fue que esta vez sí iba a tener papelito, todo dependía del azar. Escribí mi nombre en un pequeño papel blanco, lo coloqué en una bandeja, y a las 6:30 am empezó la tómbola… ¡y gané! Salió mi nombre, estaba sumamente agradecida con la vida por esta oportunidad.

Sabía que tenía que luchar igual que todos por la atención del Presidente para poder participar, con la ventaja de estar sentada adelante. A las 7:00 am entró el Lic. Obrador, saludó como todos los días, y preguntó: “¿quiénes están pendientes?”. Sin dudarlo, grité: “señor Presidente, de Canadá, por favor”. Y dijo “No, Canadá ya estuvo ayer”. Parece ser que estaba confundido, y le contesté que no había participado. Su expresión fue de sorpresa, y dijo “Ok, hoy, pero vamos con los pendientes”.

Esos pendientes duraron más de dos horas, ya faltaban 15 minutos para que terminara “La Mañanera”, y en cuanto terminó su intervención la compañera periodista, volví a gritar: “Sr Presidente, de Canadá por favor”, y entonces anunció: “para terminar vámonos con Canadá”. ¡Por fin!

Me puse de pie, se me secó la boca, (recordé que mi madre me dijo que no me olvidara de decir su apellido), iba a leer, pero de los nervios solo empecé a hablar. Al tercer renglón la garganta se me cerró pero me prometí no fallar, tomé aire y seguí. Lo logreé, terminé mi Intervención, el Presidente me felicitó, le pedí un abrazo por mi cumpleaños, porque el 11 de junio es el día de mi cumpleaños, y me lo dio, fue sincero, me apretó y hasta dos besos me dio. Yo le dije: “usted es un Héroe Nacional”, y él me contestó: “! No! ustedes (los migrantes) son los héroes”.