
Por Vilma Filici
filici@filici.com
TORONTO. El pasado 2 de julio, el Programa de Nominación Provincial de Ontario (OINP) implementó cambios importantes que, según se anunció, buscaban modernizar el sistema, hacerlo más transparente y enfocarlo mejor hacia las necesidades laborales de la provincia. Sin embargo, desde mi experiencia como profesional en el área migratoria, lo que he visto en estas dos semanas ha sido algo muy diferente: todas las expresiones de interés (EOIs) activas fueron cerradas, muchas todavía siguen esperando para ser reenviadas, y los empleadores están más confundidos que nunca sobre qué pasos deben seguir.
Uno de los principales cambios del OINP desde el 2 de julio fue la creación de un nuevo portal, donde el empleador debe iniciar el proceso. Solo después de que la empresa registra la oferta de trabajo, el candidato puede enviar su expresión de interés.
Como parte del proceso de transición, el gobierno de Ontario retiró todas las EOIs activas entre el 20 y el 22 de junio de 2025. Además, el portal del OINP estuvo fuera de servicio del 27 al 29 de junio para implementar el nuevo sistema. A partir del 2 de julio, los empleadores debían crear una cuenta en el nuevo Portal del Empleador y registrar la oferta de trabajo antes de que el candidato pueda enviar su EOI. Las EOIs presentadas bajo el sistema anterior no fueron transferidas al nuevo portal y debían ser enviadas nuevamente.
Si bien el gobierno de Ontario ha creado una página oficial para orientar a los empleadores sobre el uso del nuevo portal, muchos de ellos se sienten abrumados por la cantidad de información y los detalles técnicos que se les exige. En especial, las pequeñas y medianas empresas que no tienen departamentos de recursos humanos ni experiencia en temas migratorios no cuentan con el tiempo ni el apoyo interno para manejar esta nueva carga administrativa. Esto ha provocado demoras, dudas constantes y, en muchos casos, miedo a cometer errores que puedan afectar tanto a la empresa como al trabajador.
Además de la creación del portal, se introdujeron otros cambios importantes en el programa. Ontario ahora tiene la autoridad para rechazar solicitudes antes de emitir una nominación si no se ajustan a las prioridades del mercado laboral, si exceden el cupo disponible o si hay dudas sobre su veracidad. También puede pedir entrevistas presenciales a empleadores o candidatos. Finalmente, se simplificaron los requisitos para educadores de la primera infancia registrados en Ontario, quienes ya no necesitan título universitario para postularse en ciertas categorías.
El Gobierno de Ontario hizo estos cambios con la intención de alinear mejor las nominaciones con las verdaderas necesidades del mercado laboral, reducir el fraude, agilizar los procesos y cuidar la integridad del programa. Ahora, solo se puede presentar una expresión de interés si el empleador ha validado previamente la oferta de trabajo, lo que busca asegurar que las postulaciones sean para empleos reales. Además, la provincia obtuvo nuevas herramientas legales para devolver solicitudes que no cumplan con ciertos criterios o para pedir entrevistas, como parte de una estrategia más amplia respaldada por la ley Working for Workers Seven Act, 2025.
Aunque los objetivos del gobierno pueden parecer razonables en el papel, en la práctica estos cambios han creado barreras adicionales que afectan especialmente a los sectores con menos visibilidad o recursos. La exigencia de que el empleador valide la oferta de trabajo antes de que el candidato pueda expresar interés ha generado retrasos, confusión y pérdida de oportunidades, sobre todo en pequeñas empresas que no tienen experiencia en procesos migratorios.
A estos cambios se suma una reducción significativa en el número total de nominaciones disponibles. En 2024, Ontario contaba con 21,500 cupos para nominar trabajadores extranjeros. En 2025, ese número bajó a 10,750, menos de la mitad. Esta reducción ha obligado al programa a ser más selectivo, priorizando ocupaciones consideradas esenciales para la economía provincial, como las del sector tecnológico y de la salud.
Con menos espacios disponibles, el OINP también cuenta ahora con más herramientas para rechazar solicitudes que no cumplan con los criterios de prioridad, lo que eleva los requisitos y limita las posibilidades para quienes trabajan en áreas que no están en la lista de alta demanda.
Todo esto se suma a una realidad que ya conocemos quienes trabajamos en este campo: el OINP da prioridad a ciertos sectores, y eso deja a muchos otros en segundo plano. En 2024, la mayoría de las nominaciones se concentraron en tecnología y salud. Más del 30 % fueron para ocupaciones tecnológicas, como desarrolladores, ingenieros y técnicos, y otro 15 % para profesiones del área de la salud. En total, casi la mitad de los cupos se destinó a solo nueve ocupaciones, la mayoría dentro de estos dos sectores. Esta tendencia se mantiene en 2025, pero lo más importante es entender que las ocupaciones en demanda no son fijas: cambian. Cambian con el tiempo, con la economía, con las decisiones políticas. Por eso, quienes acompañamos estos procesos tenemos que estar siempre atentos, revisando, actualizándonos y explicándole a los candidatos que lo que era una gran oportunidad hace seis meses, hoy tal vez ya no lo es.
Con el tiempo, el programa se ha vuelto cada vez más exigente. Con menos cupos disponibles, el margen para errores o para perfiles “fuera de lo común” se ha reducido drásticamente. Hoy, el OINP prioriza solo ciertas ocupaciones y tiene más herramientas para rechazar solicitudes que no encajan con sus prioridades. Desde mi lugar, veo cómo esto afecta directamente a personas reales, con historias, con años de experiencia, que cumplen con todos los requisitos, pero que quedan fuera simplemente porque su ocupación ya no está en la lista del momento. El nivel de incertidumbre es alto, y uno de los mayores desafíos que enfrentamos como profesionales es explicarles, con honestidad y humanidad, que en este sistema no basta con ser apto: también hay que coincidir con la necesidad exacta del día. Y esa necesidad cambia. Todo el tiempo.
Reconozco que algunos de los cambios introducidos por el OINP tienen sentido desde el punto de vista técnico. El nuevo portal puede, con el tiempo, facilitar el control de calidad de las postulaciones, reducir el riesgo de fraude y permitir que el programa responda de forma más directa a las prioridades económicas de la provincia. También entiendo que, en un contexto donde los recursos son limitados, es lógico que se quiera asignar las nominaciones de forma estratégica.
Pero no podemos hablar de modernización si, en la práctica, el acceso al programa se restringe cada vez más. La carga administrativa que ahora recae sobre los empleadores ha desmotivado a muchas pequeñas empresas que, por falta de personal o tiempo, han decidido simplemente no continuar. Y mientras tanto, veo cómo personas preparadas, con años de experiencia en ocupaciones fundamentales, se quedan sin opciones simplemente porque su perfil no coincide con las prioridades de ese mes.
Ontario necesita mano de obra diversa, en todas las regiones y en todos los sectores, no solo en tecnología o salud. El sistema actual corre el riesgo de crear una inmigración dirigida solo a la élite laboral, dejando de lado a quienes también construyen, sostienen y hacen crecer esta provincia desde los márgenes.
No se trata de rechazar la eficiencia ni de oponerse al control. Se trata de no perder de vista que detrás de cada solicitud hay una historia, una familia, un futuro en juego. Y si el programa no encuentra la manera de equilibrar control con inclusión, lo que hoy se presenta como una mejora podría convertirse, a largo plazo, en una barrera innecesaria y dolorosa.
En conclusión, el OINP está cambiando, y con él, cambian también las reglas del juego para miles de trabajadores, empleadores y profesionales que acompañamos estos procesos. Adaptarse es necesario, pero también lo es alzar la voz cuando la eficiencia se vuelve exclusión. Ojalá que este nuevo sistema, aún en construcción, encuentre pronto un equilibrio más justo: uno que no olvide que detrás de cada expediente hay personas, no números.